jueves, 18 de octubre de 2012

Esa Opcion Tan Temida

El darse cuenta de que uno no puede tener hijos es como caer en un abismo que aterra. No me voy a extender mucho hablando de eso porque ya lo he hecho y, al menos entre las mujeres infértiles, es una sensación conocida, todas la hemos experimentado. Desde hace días pienso, primero, que hace mucho que no escribo y segundo, que nunca escribí de “la opción tan temida”. ¿De que se trata? Se trata de no tener hijos. Cuando comenzamos este largo camino buscando un hijo en el 2003, nunca se nos ocurrió que nosotros no íbamos a poder. Al ir presentándose las dificultades y con el paso del tiempo, se apareció en mi horizonte el aterrador escenario de no lograrlo nunca. Recuerdo momentos en los que la posibilidad de no poder tener y punto, de encontrarme con ya mas de 45 años y sin un hijo era un agujero negro. No era posible. Lo vislumbraba como una especie de muerte en vida, algo imposible de manejar, algo que me iba a destrozar la vida. De llegar a ese momento iba a ser imposible seguir adelante, no quedaba nada. Luego de ocho años de lucha, cirugías, abortos, inseminaciones, FIV’s, drogas varias, todo tipo de hormonas, biopsias, cultivos y muchas cosas mas, llegamos a la recta final. Todos los carteles rojos estaban encendidos. Llegaron las alternativas a la alternativa: adopción, ovo donación e inclusive adopción de embriones. De cualquiera de estas maneras, quizás hubiéramos llegado a ser padres. O no. La oferta de adoptar embriones nos llego a mí con casi 45 años y a mi marido con casi cincuenta. La hablamos mucho, muchísimo. Y recuerdo que estábamos un día sentados en un restaurant comiendo algo y de repente, como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, salio al tapete la opción tan temida. Salio y se instalo ahí, casi sin quererlo, y nos cerro a los dos. El escenario terrorífico no fue tal. Alguno me podrá decir: “No fue una opción no tener, ustedes no pueden” pero en vista del abanico de planes C, D y E que se nos ofrecían, de alguna manera si lo fue ylas razones para nuestra decisión son personales e intransferibles. No me malinterpreten. El no haber podido tener hijos es algo que se carga por siempre. No me estoy haciendo la linda ni la superada. Pero lo que quisiera transmitirles a quienes llegan al momento del NO de ninguna manera y por las razones que fueran, es que no es el fin del mundo. Todo el mundo carga cosas pesadas. A nosotros nos toco esta. Se puede ser feliz sin hijos. Si me lo decían hace 6 o 7 años, me reía y decía “Si, claro!” Siempre se habla del “ya te va a llegar”, “se puede”…pero que pasa cuando “no se puede”? Nada. Se sigue adelante, se construye una familia igual, se trata de ser fértil en otros terrenos. Se puede lograr. Y al que me pregunta si a veces duele, le digo que si. Algunas veces, en algunos lugares y ante algunas escenas, el dolor se hace presente pero puedo decir también, que es posible sentir felicidad y vivir alegrías “de hijos” a través de las experiencias de los demás con sus hijos. Realmente todo depende de las ganas de ser feliz de cada uno y de la capacidad para lograrlo, que poco tiene que ver con la maternidad/paternidad. “Se puede” Sí, no tener hijos tambien se puede.